Tu Compromiso con Este Acuerdo es Una Nueva Forma de Vivir

Hoy nos adentramos en el cuarto de Los Cuatro Acuerdos: Haz Siempre Lo Máximo Que Puedas. Puede que este sea el último de Los Cuatro Acuerdos, pero es el inicio de una nueva forma de vida, si decides adoptarla.

Haz Siempre Lo Máximo Que Puedas:
*Lo máximo que puedas hacer cambiará de un momento a otro; será distinto cuando estés sano que cuando estés enfermo.
*Bajo cualquier circunstancia, haz sencillamente lo máximo que puedas, y de este modo evitarás juzgarte, maltratarte y lamentarte.

Este acuerdo pone en práctica los otros tres acuerdos, lo que les permite convertirse en nuevos hábitos que te transformarán a ti y a tu vida. Al comprometerte a actuar momento a momento, día a día, estableces la intención de liberarte.

El compromiso a Hacer Siempre Lo Máximo Que Puedas significa actuar y hablar desde un lugar de verdad y amor, con integridad y conciencia.


Hacer siempre lo máximo que puedas no significa perfeccionismo. Como he mencionado en publicaciones anteriores, antes me aterrorizaban las críticas. Me ponía mi "armadura de perfeccionismo" con la esperanza de protegerme de lo que entonces creía que era el dolor de la crítica o el juicio de los demás.

No me daba cuenta del profundo dolor que me estaba infligiendo al esforzarme por alcanzar esta ilusión. Al no bajar la guardia y pretender ser lo que no era, no solo estaba apuntando a lo inalcanzable, sino que me estaba preparando para el fracaso, la desilusión y el abuso de mí misma.

Este círculo vicioso se repetía una y otra vez. Lo que más temía era lo que me estaba haciendo a mí misma: criticar y juzgar. Y, por supuesto, estaba proyectando y percibiendo críticas externas. ¡Proyectamos y atraemos lo que somos!

Repasemos el primer acuerdo: Sé Impecable Con Tu Palabra. Tu palabra tiene el poder de edificar y crear o de destruir. Maltratarme con pensamientos abusivos desencadenó el mismo patrón de comportamiento que perpetuó más autodesprecio, resentimiento profundo y dolor y sufrimiento innecesarios.


El ser impecable con tu palabra comienza con lo que te dices a ti misma y cómo te tratas a ti misma y cuán comprometida estás con honrarlo. Si no puedes honrarte y respetarte a ti misma, ¿cómo puedes esperar que los demás te respeten?

Créeme, las críticas y los juicios siempre estarán ahí. ¿Por qué? Porque todos tenemos nuestras propias historias y creencias. Aquí es donde entran en juego los acuerdos número dos y tres: No Te Tomes Nada Personalmente y No Hagas Suposiciones.

No puedes controlar ni eres responsable de las opiniones y acciones de los demás. Solo eres responsable de tus propios pensamientos y acciones y de los acuerdos que haces contigo mismo.


Depende de ti evaluar si estos te sirven o no y si estás dispuesta o no a estar abierta a nuevos acuerdos que te sirvan y te apoyen mejor.

Hacer lo máximo que puedas significa apuntar a la excelencia, sea lo que sea que eso signifique para ti en diferentes situaciones. Tu mejor esfuerzo cambiará de un momento a otro. Lo que cuenta es la intención de abordar cada momento y cada esfuerzo con excelencia e integridad. Se trata de mantener este compromiso contigo misma.

Es una práctica. Una práctica de renovación del compromiso y la voluntad. Una decisión de vivir tu vida con todo el corazón y con valentía. Una elección que haces momento a momento.

Recuerda esto:
La vida siempre te encontrará donde estés. 

Sé amable, gentil, amorosa y compasiva contigo misma.
Confía en que siempre estás recibiendo exactamente lo que necesitas.

Sé abierta y dispuesta a aceptar, permitir y recibir.

Te invito a aceptar este desafío:

Lee Los Cuatro Acuerdos y comprométete a ponerlos en práctica. Concéntrate en un acuerdo cada semana o cada mes o cada día... eso depende de ti, lo que te haga sentir bien.


Cada vez que sientas inquietud, incomodidad, ansiedad... date cuenta de que uno o más de los acuerdos se han roto... ¡Respira y Celebra! ¡Sí! ¡Celebra! Te diste cuenta de que no estás en alineación y es en este momento que te mantienes en tu poder.

Elige comprometerte y volver a comprometerte una y otra vez. Tú eres quien elige. La elección consciente en cada momento es una práctica de vida. Es solo aquí y en el ahora que puedes estar plenamente en tu poder.


Consciente o no, estás creando tu experiencia en cada momento. ¿Estás creando deliberadamente e intencionalmente o por defecto?


Eres digna y merecedora. Estás aquí para ser feliz y amar tu vida. Ese es tu verdadero propósito. ¡Acéptalo y recíbelo!

¿Estás lista para sumergirte en el proceso de crear y vivir tu vida llena de gozo y abundancia?  Programa tu
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In Lak'ech,

Blanca

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